Siempre se ha comentado de las vicisitudes que hay que pasar para sobresalir, en cualquier actividad creativa, independientemente, se ostenten los conocimientos, las habilidades, y las condiciones, principalmente en los medios televisivos del país, y de manera especial, cuando se es artista o propietario de una agrupación, no importa el género musical que interprete.
Darte a conocer en tu profesión, o, en lo que hace, es una tragedia, que conlleva pasar por las más lacerantes humillaciones. Históricamente está demostrado, Jesús, tuvo que sufrir el suplicio del calvario, para que los humanos pudiéramos creer en él, sus virtudes mesiánicas y que era hijos de Dios.
Mahatma Gandhi, quien en hará de resistirse al dominio británico Instauró un métodos de lucha social novedosos, como la huelga de hambre, y una vez conseguida la independencia, murió defendiendo a los musulmanes en el territorio hindú, siendo asesinado por Nathuram Godse, un fanático integracionista hindú.
Esto quiere decir, que nada en la tierra se consigue sin sacrificar algo en la vida, aún sea tú propia vida. Esto lo traigo a colación, para referirme a una triste y lamentable escena de acoso, vista por mis propios ojos, en el programa del transgénero Mía Cepeda, a un novel bachatero que pretende abrirse paso, en un género musical dominado por Romeo Santos.
Javyy Lamourt, un joven poco conocido, soportó estoicamente, con una sonrisa, causada por los nervioso que sentía, al no poder negarse, al contante asedio, insinuaciones, y acorralamiento, a que fue sometido durante su presentación en el referido programa televisivo.
Más que eso, recibió un reloj como regalo, por el cual, dijo Mía, "luego le quitare algunas rayitas", y después de darle un beso, expreso, "esto no se queda ahí, lo que viene más tarde es lo bueno", en alusión de que la relación pasaría a otro terreno o ¿sin quizás, a una Cabaña?.
De ninguna manera quiero que piensen que soy homofóbico, porque no lo soy. Conceptúo, que hay que acabar con los prejuicios y la discriminación, y brindar amor, respeto, e inclusión, pero del mismo modo, Mía Fernanda Cepeda, debe devolver ese respeto a sus invitados, evitándoles pasar este momento, así como, a los televidentes, impidiéndole ver escenas tan indecorosas. El respeto, trae respeto.