lunes, 19 de mayo de 2014

Estando navegando en las redes sociales y prensa digital y me encontré con esto que manifiesta el señor Miguel De Jesús y lo que me llama a la tensión es de la manera que el habla y como habla de la joven esposa de Kiko el Presidente Típico sintiendo yo que el habla como si no conociera de la existencia de Dios.


por:Autor Miguel De Jesús
Eunice Peña, es una joven hermosa que desde niña me dice tio porque creció mirándome cerca de su familia, en la actualidad ella es la esposa del popular cantante de merengues típicos conocido como Kiko.
Ayer era su cumpleaños 32, junto a mi madre y mi hijo fui a su casa, allí sus amigas, Glenys, Loly y Zuna improvisaron un momentito de alegría, donde las lagrimas de Eunice bañaron sus mejillas.
“No envidio sus caritas, por el contrario me recuerdan como era la mía”. Decía esto, porque un maldito cáncer le ha ido destruyendo su rostro. “Seré fuerte, Dios ha querido que sea yo, me ha usado como instrumento y ejemplo”. Aseguró 
Esta enfermedad llega en el mejor momento de la carrera artística de Kiko el Presidente, y hoy quiero pedir a los que aseguran hablar con el Dios que yo nunca he visto, que le digan que mi sobrina no hace daño a la humanidad.
Díganle que no le quite la madre a la niña Yamel de 17 y Frank Manuel de 12 años, que no le cambie sus vidas ahora que están en etapa importante de formación, díganle que no impacte de forma negativa las vidas de esas familias 
Díganle que haga un ejemplo delvoviendole la salud a Eunice, demostrando, que existe y es un padre de amor, y no un indolente que no hace nada ante el sufrimiento de una de sus hijas.
Amigo que me hace el favor de leerme si usted es de los que dice comunicarse con Dios, dígale que no quiero la expresión pendeja cuando una persona muere a destiempo que dice. “Era su voluntad “.
Eunice necesita vivir para nosotros rendir culto a la existencia y belleza de la cracion, Eunice necesita vivir, me lo dijeron sus lágrimas de ayer ante la impotencia de un maldito cáncer asesino y hasta ahora la indeferencia de un Dios en Navidad ocupado
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