lunes, 19 de mayo de 2014

Santo Domingo - Desde las primeras horas del día, con una cantina de yuca con huevo en mano, espera que dé la una de la tarde para entrar a la cita con la ginecóloga, tras casi siete meses de embarazo.
Es la primera vez que asiste donde una especialista para revisar su proceso de gestación.
Ruth Viviana, de apenas 14 años, cuenta que quedar embarazada no es nuevo para ella. “A los 13 años perdí una barriga.
Mientras cargaba agua con una cubeta me caí y empecé a sangrar, me sentí súper mal, no sabía que tenía un niño en mi vientre hasta ese momento. En verdad, quería tenerlo”, dice con un tono triste.
Varía el matiz de su voz al hablar de su actual estado de gestación. “Tenía dos meses que no me llegaba el período. Empecé a tener mareos y náuseas. Una mañana de diciembre fui al hospital cerca de mi casa, y me hice las pruebas y salió positivo. Grité como loca de la emoción: “¡Ay Dios mío, Ay Dios mío!”.
Un motivo para huir
A pesar de que una de las causas para que las adolescente abandonen el hogar materno y decidan mudarse con su pareja a destiem po es el embarazo, Ruth Viviana tiene otra experiencia.
La presión familiar fue su motor de huída: “Yo salí de mi casa por problemas, peleaba demasiado con mi mamá, casi no conozco a mi papá, es más, creo que falleció, y mi padrastro me maltrataba y me hacía pasar vergu¨enza delante de la gente hasta un punto en que me jalaba los moños en la calle”.
“Yo me alejé de mi familia, y luego, meses después, salí embarazada”, a pesar de eso, dice que su mamá y sus dos hermanas pequeñas la apoyan y la visitan de vez en cuando.
“Seré toda una madre soltera”
Al preguntarle sobre el padre de su criatura, cuenta: “Él tiene 21 años, se quedó en octavo de la primaria como yo, no tiene un trabajo fijo, hace chiripas en la construcción. Me alejé de él por su mala actitud, aunque él no quería abandonarme al principio. Ahora vivo en una casa prestada, en una habitación en Las Caletas.
No me da miedo vivir sola, para que alguien esté maltratando a mi hija como lo hicieron conmigo, mejor me quedo así. Seré toda una madre soltera y no me pesa”.
A pesar de que Ruth no quiere volver con su expareja, dice que se siente feliz con el bebé que lleva en su vientre. El padre de la criatura la visita de vez en cuando y le da, dentro de lo que puede, lo que ella necesita económicamente. fuente-listindiario
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