lunes, 4 de mayo de 2009


Es actriz y modelo. A sus treinta años ha participado en varias películas en Hollywood, la capital del séptimo arte. En cada caso ha salido triunfante. La versátil y hermosa actriz Zoé Saldaña, dominicana educada en Nueva York, está filmando ahora “Avatar”, dirigida por James Cameron. Hace poco filmó “Star Trek”, dirigida por J.J. Abrams.
EFE. La exótica modelo, actriz y bailarina ha luchado desde niña por hacerse un hueco en el mundo de la interpretación. Con tan sólo diez años comenzó a tomar clases en una reconocida academia de baile. A sus treinta años, la actriz nos da una lección sobre cómo conseguir el triunfo en la vida.
Zoé, muy estilosa, entra en la sala con un pantalón y un blusón de riguroso negro, subida en unas preciosas sandalias y sin apenas maquillaje en su dulce rostro. Resalta su piel mulata con unos accesorios en color oro: pendientes de aro, un enorme anillo en su dedo anular y una pulsera extra grande. La sonrisa grabada en su cara resalta, todavía más, la belleza de la actriz, que de manera muy amable contesta a nuestras preguntas para Efe-Reportajes.
Por cuestiones culturales, a veces a una latina le resulta difícil acceder a algunos papeles. ¿Cómo se siente al ser una actriz latina en una superproducción americana?, ¿cree que se trata de un reconocimiento profesional?
Depende, porque no me considero una cosa o la otra, ante todo me considero mujer. Si entro en una audición con todas esas cosas en la cabeza, aunque a nivel personal son muy importantes para mi vida, no ayudaría a la cultura latina. Me encasillarían como una mujer latina en cada película que hiciera. Porque, ¿dónde vamos a crecer?, ¿cuándo va a poder una mujer latina hacer un papel de Cleopatra o una adaptación de Shakespeare? Solamente lo podemos hacer manteniéndonos neutrales y andróginas.
Cuéntenos el idilio cinematográfico entre Uhura y Spock. ¿Pensó antes de leer el guión que podría formar parte de la historia una relación sentimental?
Era un secreto. El libreto no se le había dado a nadie. Ibas a la oficina de J.J., dabas tu identificación, entrabas en una habitación y estabas cuatro horas leyendo el libreto. Cuando llegué a la página en la que Spock y Uhura revelan su amor se me cayó el libreto y pensé: ‘Este señor no va a poder hacer esto’. Nunca he visto la serie, pero sé que hay ciertas cosas específicas, como que ellos nunca habían tenido una relación. Pensé que tenía que ser un genio.
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