La mujer, identificada como Chonthirot, había sido declarada muerta la madrugada del 23 de noviembre tras permanecer más de dos años postrada por una enfermedad crónica. Días antes de su presunto fallecimiento, había perdido el conocimiento y dejó de respirar, lo que llevó a su familia a preparar los rituales funerarios.
Los familiares colocaron su cuerpo en un ataúd blanco, lo trasladaron en una camioneta desde su hogar en Phitsanulok, en el norte del país, y lo llevaron hasta el templo Rat Prakong Tham, tras un viaje de cuatro horas.
Allí, durante un examen final previo a la cremación, los encargados notaron que la mujer se había movido y podía abrir los ojos.
Un trabajador del templo, citado por el tabloide Daily Mail, relató que estaba por mover el féretro cuando escuchó golpes provenientes del interior. "Estaba consciente, respiraba débilmente y asentía con la cabeza, pero no podía hablar", explicó.
La inesperada reacción de Chonthirot dejó a todos atónitos, especialmente a sus familiares, quienes estaban convencidos de que había muerto. El abad del templo afirmó que nunca había presenciado un hecho similar.
.jpeg)
.jpeg)
