“Que por lo menos, yo pueda enterrar mi hijo, eso es lo único que yo le pido a Dios, por lo menos poder enterrar mi muchachito”, expresó Licelot Valerio, mientras se encontraba en la avenida España, lugar donde las autoridades desarrollaban labores de búsqueda esta mañana.
Valerio describió a su niño como muy cariñoso y recordó que este siempre le ayudaba en la casa con los quehaceres domésticos.
“Mi hijo era un muchachito sano, tú le podía decir lo que le dijera y él no se ponía de malcriado ni se ponía guapo contigo”, agregó la progenitora.
Subrayó que, si su niño había sido un malcriado o “un realengo, el barrio, los familiares y los amigos no habían salido desde el primer momento que se dio la alarma a buscarlo”.
La mujer dijo no tener cómo pagarle a su barriada por el apoyo que le ha brindado en este difícil momento por el cual está pasando.
Valerio también aprovechó para agradecer a las autoridades por el apoyo que le han brindado.
«Las autoridades nos han apoyado al 100, desde que hicimos la llamada designaron un personal para su búsqueda, no tengo nada que reclamarle, en todo lo posible me han ayudado», explicó.
Este sábado, los organismos de socorros continuaban la búsqueda desde las primeras horas de la mañana.
Testimonio de testigo
Según el testimonio de una menor que acompañaba a Adury el pasado jueves, un grupo de amigos se encontraba bañándose en un charco cercano al mar cuando de repente una ola los embistió, lanzándolos contra las rocas.
Dijo que los demás pudieron salir menos «Miniquito», quien según ella pedía que lo ayudaran.
La testigo, a través de una nota de voz enviada a El Nuevo Diario, dijo que intentaron pedir auxilio pero no había nadie en la calle para ayudarlos, mientras el mar se mantenía agitado por los efectos de la tormenta.
Afirmó también que sufrió golpes y raspones cuando la corriente la arrastró hacia las piedras.



