lunes, 17 de noviembre de 2014

nineraNUEVA YORK.- La niñera dominicana Joselyn Ortega admitió durante una audiencia especial en la Corte Suprema Estatal de Manhattan que asesinó a los niños Leo y Lucía Krim de 6 y 2 años de edad, en el apartamento donde estaban a su cuidado en octubre del 2012, situado en un edificio de la calle 75, cerca del Parque Central.

Después de haber negado los dos crímenes durante dos años, Ortega, de 52 años de edad y nacida en la provincia de Santiago de los Caballeros, República Dominicana, confesó los crímenes y pidió que rezaran por ella, diciendo “¡Oh, Dios mío, lo siento por lo que he hecho. Libérame de mi miseria!.

Originalmente, la abogada defensora de la niñera había alegado incapacidad mental para enfrentar un juicio, pero exámenes psiquiátricos ordenados por la corte determinaron lo contrario.

Ortega, quien intentó suicidarse, tratando de degollarse con uno de los dos cuchillos que usó en los asesinatos de los menores, estuvo semanas en cuidados intensivos del hospital Presbiteriano en el Alto Manhattan, donde fue arrestada y acusada por la policía.

Ella confesó que mató a los menores, porque estaba enojada con los sus padres, Kevin y Marina Krim, acusándolos de maltratarla como empleada, obligarla a hacer la limpieza del apartamento y negarle dinero cuando lo necesitaba, además de no querer aumentarle el sueldo.

Relató a los investigadores que la niña asesinada trató de defenderse para salvar su vida, cuando la mató primero y luego acuchilló al varón.

Ortega fue sorprendida poco después de los crímenes por la madre de las víctimas, que acababa de llegar de una escuela de música, cercana al apartamento y encontró a sus hijos en un charco de sangre. La niñera estaba todavía con uno de los cuchillos en la mano y en presencia de la señora Krim, trató de degollarse.

La acusada también alegó que mató a los menores, porque los padres le cambiaban frecuentemente el horario de trabajo, lo que le hacía perder las citas con el psiquiatra, con el que se trataba por problemas emocionales.

“Tenía que hacer todo el trabajo en el apartamento y cuidar también de los niños”, añadió ella en la audiencia a puerta cerradas.

“Dios me perdone. Fueron muchas cosas que me obligaron a matarlos. Recen por mí”, pidió la acusada.

La señora Krim dio a luz en octubre un cuarto hijo que ahora viene a sustituir al menor asesinado, junto a la hija de 4 años de edad, que se salvó el día de los asesinatos porque estaba en su escuela de ballet.

fuente-diariolibre.com.do
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