Las opiniones se multiplicaron tanto que hasta el Papa quiso hacer público su pensamiento sobre lo ocurrido en el último Superclásico, el de la vergüenza.
“Fue una pena. Son esas salvajadas propias de la persona que la pasión lo desborda, y también la prepotencia y la no sociabilidad, la incapacidad de vivir en sociedad”, comentó Jorge Bergoglio en una entrevista que realizó La Voz del Pueblo de Tres Arroyos.
Francisco tuvo también un párrafo para los personajes más violentos de la tribuna.
“Es lamentable que en nuestro pueblo existan cosas como las barrabravas, aunque en otros países también existen. Acá en Italia también hubo problemas entre barrabravas, que no necesariamente luchan por el club, la mayoría son mercenarios. Es lamentable”, aseguró el Sumo Pontífice, quien hasta se animó a contar anécdotas de su época como hincha: “yo viví el tiempo del fútbol amateur, en la campaña del 46, yo tenía 9 años y siempre iba a la tribuna, nunca a la platea. Lo peor que se le decía al árbitro era vendido, infeliz, idiota, y de ahí no subía. O patadura a alguno que no había agarrado bien la pelota, o dormido… No es esa catarata tan colorida de insultos de ahora. Ha cambiado el ambiente”. fuente-diarioantillano.com
“Fue una pena. Son esas salvajadas propias de la persona que la pasión lo desborda, y también la prepotencia y la no sociabilidad, la incapacidad de vivir en sociedad”, comentó Jorge Bergoglio en una entrevista que realizó La Voz del Pueblo de Tres Arroyos.
Francisco tuvo también un párrafo para los personajes más violentos de la tribuna.
“Es lamentable que en nuestro pueblo existan cosas como las barrabravas, aunque en otros países también existen. Acá en Italia también hubo problemas entre barrabravas, que no necesariamente luchan por el club, la mayoría son mercenarios. Es lamentable”, aseguró el Sumo Pontífice, quien hasta se animó a contar anécdotas de su época como hincha: “yo viví el tiempo del fútbol amateur, en la campaña del 46, yo tenía 9 años y siempre iba a la tribuna, nunca a la platea. Lo peor que se le decía al árbitro era vendido, infeliz, idiota, y de ahí no subía. O patadura a alguno que no había agarrado bien la pelota, o dormido… No es esa catarata tan colorida de insultos de ahora. Ha cambiado el ambiente”. fuente-diarioantillano.com