por> Henrry Rodriguez
Después de la elección de la Alcaldesa de Espernza Jacqueline Peña por los munícipes de la comunidad la angustia, la improvisación, las ambiciones personales, las ansias de poder han estado presentes en el seno de la sala capitular.
Han pasado 8 meses y concretamente no han podido exhibir un consejo que pueda armonizar para la fiscalización y toma de decisiones en ese organismo colegiado.
Efímeros representantes de partes políticas interesadas han pasado fugaces por la solemne sala sin dejar huellas que la comunidad pueda seguir. Las apetencias particulares afloran, dame lo mio, que le toca a mi equipo.
Unos apuestan a dirigir la entidad edilicia como cualquier empresa particular, mientras, la sociedad reclama acciones, que se realicen las inversiones que demanda la población. Esperanza, su gente debe exigir que finalicen los conflictos que mantienen en un letargo municipal el mantenimiento, construcción y desarrollo del municipio.
Es tiempo de conciliación, las mejores batallas se ganan en las oficinas, sin exponer su gente al peligro de extinción.
Después de la elección de la Alcaldesa de Espernza Jacqueline Peña por los munícipes de la comunidad la angustia, la improvisación, las ambiciones personales, las ansias de poder han estado presentes en el seno de la sala capitular.
Han pasado 8 meses y concretamente no han podido exhibir un consejo que pueda armonizar para la fiscalización y toma de decisiones en ese organismo colegiado.
Efímeros representantes de partes políticas interesadas han pasado fugaces por la solemne sala sin dejar huellas que la comunidad pueda seguir. Las apetencias particulares afloran, dame lo mio, que le toca a mi equipo.
Unos apuestan a dirigir la entidad edilicia como cualquier empresa particular, mientras, la sociedad reclama acciones, que se realicen las inversiones que demanda la población. Esperanza, su gente debe exigir que finalicen los conflictos que mantienen en un letargo municipal el mantenimiento, construcción y desarrollo del municipio.
Es tiempo de conciliación, las mejores batallas se ganan en las oficinas, sin exponer su gente al peligro de extinción.