viernes, 23 de septiembre de 2016

por: Juan Saint Hilaire

Montecristi.- El sueño de cada pelotero es llegar al béisbol de las Grandes Ligas... El trayecto no es fácil, ya que el mismo comprende toda una odisea en la cual muchos, por diversas razones, se quedan en el camino y otros pocos logran hacer realidad lo que hace seis décadas consiguió por primera vez un dominicano. 


Hoy se cumple el 60 aniversario del momento cuando Osvaldo Virgil fue subido por los Gigantes de New York, siendo el primer dominicano inscrito en un roster del llamado mejor béisbol del mundo. 

El 23 de septiembre de 1956 Osvaldo Virgil inscribió su nombre en la importante lista de criollos en el "béisbol grande" cuya cuenta hoy por hoy va por 686.   

En su pueblo natal, Montecristi, don Osvaldo, de 84 años de edad, lleva una vida plena, disfrutando de muy buena salud y agradecido de todo lo que ha pasado con su vida.


En exclusiva para Listín Diario narra con mucha serenidad y elocuencia el momento cuando se produjo el importante llamado.
"Realmente yo me lo esperaba porque estaba teniendo una buena temporada en las menores", explica.

"Tenía plena confianza y seguridad que me llamarían y cuando lo hicieron todo fue alegría", expresa quien también es conocido como "El Orégano".


SU FAMILIA

A finales del siglo 19 sus abuelos vinieron al país en barcos pesqueros desde la islas Turcas, al norte de República Dominicana y establecieron sitio. 

Sus padres fueron Henry Virgil e Isabel Pichardo Morel.

En dos matrimonios don Osvaldo procreó cinco hijos, tres hembras y dos varones. Ozzie, ex receptor de Grandes Ligas, Marcos, quien es un oficial de policía en Arizona, y Justina, Linda y Ruth. 

Sus hermanos son Carlos, quien también vive en Montecristi, además de Mañen, Quique y Thelma.

SUS INICIOS

Virgil jugó en un espacio que servía los propósitos para desarrollar un juego de béisbol. Allí conectó sus primeros batazos, un terreno que hoy es parte de las salinas de Montecristi, en el área circundante a la costa marítima.

"Hace mucho tiempo que ese play desapareció, tengo buenos recuerdos de mis inicios aquí", dice, permaneciendo de pie y señalando el mencionado terreno. 

Don Osvaldo recuerda la educación y enseñanza de calidad que recibió en la escuela primaria de su ciudad, impartida por sus maestros Silvia Isidor y Augusto Mena, quien fue el padre del extinto comentarista Mickey Mena. 

"La disciplina y ordenamiento que recibimos era muy superior, nos obligaba a llevar una conducta correcta y basada en mucho respeto a los demás". apunta Virgil. 

ESTADOS UNIDOS

Virgil explica que su familia partió a los Estados Unidos en 1945, pues su padre era un antitrujillista y obviamente tuvieron que abandonar el país para alejarse del régimen dictatorial.

En sus primeros años en recuerda que vivió en el Bronx, New York, donde atendió y se graduó en la escuela secundaria DeWitt Clinton High School.

SERVICIO MILITAR 

A razón del estallido de la guerra entre Estados Unidos y Corea en 1950, Virgil fue  fue alistado para hacer servicio obligatorio en el cuerpo de marines en Estados Unidos. Recibió el entrenamiento militar en la academia Parris Island en Carolina del Sur. Estuvo en la milicia hasta 1952.

Agradece el riguroso entrenamiento que recibió, pues le sirvió para llevar una vida de disciplina.



LLEGADA A MLB Y MOMENTOS AGRADABLES

Firmado en 1953, no tardó mucho en probarse un uniforme de un equipo grande. El 23 de septiembre de 1956, con 24 años de edad, fue subido por los Gigantes de New York, ese día se fue de 4-0 al bate y jugó defensa en tercera base. En su siguiente juego celebrado el día 30, conectó de 4-3 con una impulsada y una anotada, incluyendo su primer doblete, todo contra el lanzador Robin Roberts de los Phillies de Philadelphia, un miembro de Cooperstown. En el segundo juego de ese día pegó de 4-2, con su primer triple contra Curt Simmons.

Al llegar a los Tigres de Detroit en 1958 se convirtió en el primer jugador que no era blanco en pertenecer a ese equipo. Recuerda que en su debut con los Tigres, el 16 de junio, bateó de 5-5 y eso le trae buenos recuerdos.

El 5 de octubre de 1980, presenció como su hijo Ozzie Virgil conectó su primer hit en Grandes Ligas frente a los Expos de Montreal, equipo donde don Osvaldo se desempeñaba como coach.

"Eso fue algo inolvidable", dice visiblemente emocionado.

Virgil tuvo una carrera de nueve años en las Grandes Ligas con Gigantes de New York (1956-57), Tigres de Detroit (1958, 1960-61), Atléticos de Kansas City (1961), Orioles de Baltimore (1962) Piratas de Pittsburgh (1965) y Gigantes de San Francisco en 1966 y 1969.

Tuvo promedio al bate de .231, con 174 hits en 753 turnos al bate, 14 jonrones, siete triples, 19 dobles, 75 anotadas, 34 boletos y seis bases robadas.

Defendió todas las posiciones excepto pitcher y jardinero central.

Jugó al lado de Juan Marichal, Jesus Alou, Roberto Clemente, Willie Mays, Orlando Cepeda, Manuel Mota, Gaylord Perry, Brooks Robinson, Al Kaline, Hoyt Wilhelm, Willie Stargell, Jim Bunning, Willie McCovey.

Tras su retiro como jugador activo, inició una carrera como coach por 19 años entre Gigantes de San Francisco, Expos de Montreal, Marineros de Seattle y Padres de San Diego. 

EN LATINOAMÉRICA

Virgil jugó en la pelota dominicana con los Leones del Escogido (líder de bateo en 1956-57) y las Águilas Cibaeñas, equipos de los cuales más tarde también fue manager, además de los Azucareros del Este. En Venezuela dirigió a Leones del Caracas, Tigres de Aragua, Tiburones de La Guaira y Cardenales de Lara.

En 1984 fue exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano y en 2014 inmortalizado en Salón de la Fama del Béisbol Latino.

Actualmente labora como asistente especial para la organización de los Mets de New York y realiza viajes constantes a su academia localizada en Boca Chica.

RECONOCIMIENTO

Virgil se mantiene muy humilde, se lleva bien con todo el mundo observando un comportamiento ejemplar y por eso el pueblo lo quiere. 

En Montecristi ha sido honrado de varias maneras. El aeródromo de la provincia lleva su nombre y también la calle donde está situada la vivienda donde nació.

"Uno se siente muy orgulloso de haber podido ser parte de una linda historia y que tu gente lo reconozca", resalta.

FELIPE EL MÁS COMPLETO

Virgil sostiene que Felipe Alou es el pelotero dominicano más completo que ha visto. 

"Completo es cuando se ejecuta todo bien, y Felipe era ese. César Cedeño pudo haber sido el mejor de todos, pero es muy lamentable que no pudo seguir con su carrera". 

"Nosotros hemos tenido jugadores muy buenos en batear para promedio, algunos para conectar cuadrangulares y otros excelentes a la defensa, pero Felipe con su velocidad y buen brazo combinaba todas las herramientas para jugar béisbol", subraya.



ÉPOCA DIFERENTE

Estima que los tiempos que jugaron, donde el racismo aún era muy obvio, la entrega por el juego que ellos debieron poner no puede compararse con hoy día. 

"Lo que enfrentamos no se compara, racismo contra afroamericanos y latinos estaba tan presente y tuvimos que adaptarnos... amábamos el juego y nos entregábamos", subraya.

VALORA ACADEMIAS EN RD

Virgil valora en gran dimensión el aporte que realizan al país las diversas academias de béisbol, con sus programas e instalaciones contribuyen grandemente al desarrollo de los peloteros y las regiones donde están localizadas.

"A nivel cultural es grande la colaboración puesto que preparan al joven para que esté listo cuando cambien de escenario, donde no van a estar acompañados por sus familiares, la vida les va a cambiar y allí se ofrecen una educación general para que puedan desenvolverse ante una cultura diferente", explica.

"Además, a nivel laboral es una gran aliciente para la economía del país, puesto que ofrecen empleo a una gran cantidad de personas que viven en los alrededores y eso va en mejoría del pueblo", sostiene.




BUENAS RELACIONES

Virgil señala que mantiene muy buenas relaciones con Juan Marichal, Felipe Alou, Julian Javier y Manuel  Mota, por mencionar a algunos de su generación. 

TRES SONIDOS QUE LE APASIONAN

El sonido que se produce cuando el bate choca la pelota despierta en Virgil una emoción indescriptible.

Entre su hobbies están la aviación y la pesca. No desaprovecha oportunidades para pilotar su avión de un motor y también ir mar adentro en su yate.

"También me apasionan los preciosos sonidos del motor del avión y la chicharra en un carrete de pesca al atrapar un pez", finaliza diciendo. 
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