lunes, 9 de mayo de 2016

Pablo Mateo
 urologopablomateo@gmail.com

La eyaculación rápida (ER) es la disfunción sexual masculina más frecuente y la gran mayoría de los hombres experimenta una eyaculación precoz en algún momento de su vida sexual. 

 Ésta se caracteriza por la incapacidad de controlar la eyaculación un tiempo suficiente, durante la penetración vaginal. 

 Realmente no existe una definición aceptada del “tiempo suficiente”, pero algunos pacientes no pueden retrasar la eyaculación más allá de unas pocas penetraciones coitales, o incluso después o mayor aún antes de penetrar la vagina.

 La eyaculación rápida puede ser orgánica (por ejemplo, por prostatitis) o psicógena primaria o adquirida.

 Esta disfunción, cuando es precoz o rápida no altera la fertilidad, siempre que se produzca eyaculación intravaginal.

 De acuerdo al grado de severidad hay tres clasificaciones: grado I o leve, grado II o moderada y grado III o severa, esta última ocurre cuando eyacula antes de penetrar, solo con caricias. En general la padecen entre un 25 y 35 % de los hombres; la ventaja es, que se puede solucionar en el 90 % de los casos.

 Se dan por causas psicógenas (ansiedad, primeras experiencias sexuales, coito infrecuente, entre otras) y biógenas (hipersensibilidad peneana, hiperexcitabilidad, problemas endocrinos, genética y disfunción de los receptores de 5-HT).

 Los tratamientos van a depender de la causa que encontremos en la historia clínica del paciente, y se utilizarán desde un tratamiento psicológico conductual: como la interrupción compresión, y la interrupción pausa; también tratamiento farmacológico: como medicamentos vía oral y de uso tópico, entre otros.

 El uso del condón tiene efecto positivo en algunos hombres eyaculadores rápidos, aparte de protegerlos de las enfermedades de transmisión sexual. También la circuncisión en muchos casos, ayuda a resolver o por lo menos a controlar la eyaculación rápida o precoz.
Subscribe to RSS Feed Follow me on Twitter!