viernes, 8 de enero de 2016

por: Juan Saint Hilaire

Mientras un anuncio publicitaria patrocinado por La Sirena le ha dado presencia y fama en la televisión nacional del beisbol invernal dominicano,el hombre vive su realidad aquí, en Constanza. Es pobre, y dice que a veces solo se alimenta con una “aguita de azucar”... No pierde la oportunidad del periodista para pedir ayuda del Gobierno, incluyendo la posibilidad de una pensión. 


 Claudio Echavarría, de 69 años de edad, ese día recibió una doble emoción. En principio, el solo hecho de estar subido en la lomita del Estadio Cibao para realizar el lanzamiento de honor previo a un partido entre Águilas Cibaeñas y Tigres del Licey, algo que jamás imaginó posible, era suficiente para regocijarse plenamente, pero segundos después tras escuchar el anuncio de la voz interna del parque, Miguel De Jesús, que llamaba a toda su familia allí presente para que le acompañara en el montículo, este no pudo contenerse y las lágrimas brotaron intensamente. 

 
 Esta última, sin quizás, ha sido la emoción más grande que Claudio ha experimentado en los pasados 25 años de su vida. 

 En 1950, con apenas cuatro años de edad, visitó junto a su padre la explanada donde actualmente se encuentra ubicado el Estadio Cibao, en ese entonces un hipódromo donde se jugaba béisbol. 

 Al transcurrir 65 años sin poder asistir a un escenario de pelota profesional, Echavarría, un fanático acérrimo de las Águilas Cibaeñas, estuvo en el legendario parque y rememoró y miró retrospectivamente, llenándose de recuerdos que serán imborrables en su vida. 

 “Recuerdo que fui al parque Cibao cuando era un hipódromo con solo una cerca y se jugaba los domingos por las mañanas y las tardes”, dice. 

 Para la inmensa mayoría de dominicanos, Claudio era un total desconocido hasta que su imagen fue utilizada en un comercial de televisión alusivo a la pasión por el béisbol, cuya realización fue auspiciada por La Sirena .

 Por la difusión del anuncio el rostro de Claudio ya resulta familiar, puesto que mediante dicha publicidad este ha logrado penetrar en varios miles de hogares en el país. Por dicho comercial, en dos versiones, recibió poca cosa económicamente. 

 Él reside desde hace 35 años en una pequeña casa ubicada en el barrio Colonia Japonesa, en Constanza. Siempre ha sido una persona de escasos recursos. Un jornalero y empleado auxiliar que ha tenido que vivir todos sus años en zonas rurales del país.

 No obstante a su intensa actividad agrícola,este ha llevado siempre la pasión por el béisbol. 

 ((Ídolo Luís Polonia “Yo me declaro un aguilucho empedernido y siento que soy fanático de ese equipo desde que estaba en el vientre de mi madre”, enfatiza Claudio. 

 Mi pelotero favorito es Miguel Tejada, pero mi verdadero ídolo es “el rey del hit” Luís Polonia”, afirma. 

 ((Contactado Echavarría fue contactado el pasado agosto por ejecutivos de La Sirena por referencia de un amigo que los condujo hasta su casa y ahí acordaron hacer el emotivo comercial que destaca su pasión por el deporte y su idolatría por Polonia. 

 “Eran las 12:40 de la madrugada cuando filmamos la escena con Polonia. Al verlo sentí una gran emoción, él fue muy simpático y hasta pidió que lo llevaran a mi hogar y finalmente pude verlo adentro de mi casita. Él me regalo una chaqueta de las Águilas y me la firmó. Eso fue grandioso”, relata. 

 “Me siento muy bien porque mi imagen ha llegado a mucha gente. A menudo me dicen que ya soy rico”, dice entre risas. 

 Echavarría mantiene desde hace 33 años una unión libre con Helena Rosado, con quien ha procreado a dos hijos, Javier y Dilenia, de 30 y 28 años respectivamente. 

 Todos en el pueblo le conocen por su buena labor como líder comunitario y presidente de la junta de vecinos. Le destacan su don de gente. 

 ((Situación precaria económica 

Claudio narra que laboró en varias empresas privadas pero no tuvo la suerte de contar con una pensión económica ni con un seguro médico, por lo que actualmente presenta una situación de muchas vicisitudes. 

 “Hay ocasiones en la que le digo a mi compañera que estamos enfrentando muchas calamidades y le informo que solo podremos pasar el día con solo una “agu¨ita de azúcar”. 

 Claudio cuenta que hace 20 años sufrió la rotura de su brazo derecho junto al dedo pulgar por lo que se le ha imposibilitado conseguir empleo. 

 “Prácticamente no tengo de qué vivir y por eso pido una ayuda a las autoridades. 

 Espero que lleguen mejores días”, asienta. 

 “Mi esperanza es que los diferentes medios se hagan eco de mi situación para que las autoridades me puedan dar la mano”, concluye.
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