lunes, 19 de enero de 2015

Foto José Manuel Castillo

República Dominicana.- El rio Yaque del Norte, que por tanto años acompaño con sus aguas cristalinas a miles de familias de esta ciudad y la región, en la actualidad muere lentamente por la acelerada contaminación, deforestación y sedimentación.





El otrora caudaloso Yaque del Norte era el río por excelencia para el disfrute de un baño, para las madres de familia lavar sus ropas y para algunos barrios y campos abastecerse de agua.



Aun en las décadas del 50 y60 la importante afluente mantenía agua abundante, cristalina y agradable, brindando un significativo servicio a la población.



En años recientes han sido asombrosas las crecidas del que fuera el más caudaloso rio del país, llegando sus aguas a arrasar viviendas y sembradíos, causando pérdidas humana y económica.





Es innegable que la reducción de manera considerable del caudal al pasar por la ciudad de Santiago es como consecuencia del represamiento de los ríos Yaque del Norte y Bao.



Al tener una reducida corriente, la contaminación de sus aguas se hace mas grave a partir de esta ciudad de Santiago hasta llegar a la población de Mao.



Y es que con la construcción de las presas Taveras- Bao- Lopez- Angostura, la primera de la cual fue inaugurada en 1973, cambio de manera notable el caudal del rio Yaque porque sus aguas fueron represadas.





Con sus afluentes y sub-afluentes cuenta con 42 ríos con caudales permanentes desde su nacimiento en la loma Rucilla, de la Cordillera Central hasta su desembocadura en el Océano Atlántico, en Monte Cristi, realizando un recorrido de 400 kilómetros.



El Yaque del Norte que baña la mitad occidental del Valle del Cibao, se alimenta de las afluentes Jimenoa, Bao, Amina, Mao y Guayubin.



Con el rio Yaque y sus afluentes se irrigan más de un millón de tareas, s producen unos 300 millones de KW/H por año y suministra agua potable a más de un millón de personas.



De acuerdo a los estudios que realizados por el Capitulo de Recursos Naturales y Medio Ambiente del Colegio Dominicano de Ingenieros y Arquitectos (CODIA) se estima que en Santiago mas 20 mil familias viven en aéreas marginadas y lanzan sus desperdicios al rio.



Esas familias tendrían que ser reubicadas para iniciar la descontaminación, lo que tendría una inversión de unos 2 mil millones de pesos, considerando un costo de 100 mil pesos por vivienda.



Asimismo, la otra fuente de contaminación es producida por los desechos industriales, cuyos responsables son los dueños de esos establecimientos y a quienes habría que persuadir para que no continúen con la dañina práctica. fuente-montecristisaldia.com



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