Al hablar de torpederos de la era moderna de béisbol, quizás su nombre no sea el primero que viene a la mente.
Podríamos rápidamente hablar de Cal Ripken Jr., o de Alex Rodríguez hasta que llegó a los Yanquis de Nueva York. Hasta de Nomar Garciaparra y quizás de Miguel Tejada.
Pero la realidad es que cuando de jugador completo en todo el sentido de la palabra, y de líder en el terreno de juego y en la cueva, el nombre de Derek Jeter, el capitán de los Yanquis, es uno que resalta por encima de todo.
Quizás no fue tan bateador como Garciaparra, pero acumula 3,449 indiscutibles y un promedio de por vida de .310 en 20 temporadas con el equipo más ganador de todos los tiempos.
No ha sido jonronero como Rodríguez, ni el mejor de la defensa, pero tiene cinco Guantes de Oro y todo el mundo recuerda aquella Serie de División contra los Atléticos de Oakland al inicio de la década del 2000 en la que su inteligencia en el terreno guió a los Yanquis a una posterior Serie Mundial.
Por 20 años, Derek Jeter ha sido una figura de principalía en el béisbol de las Grandes Ligas y se retira por la puerta grande al terminar la temporada del 2014.
Los Mulos del Bronx honraron la carrera de quien ha sido en los últimos años su capitán, el número 11 en recibir ese honor en la historia de la franquicia que ha tenido leyendas de todo calibre a lo largo de más de 100 años y 27 coronas de campeones.
Durante todo el mes, los uniformes de los Yanquis llevarán un parche especial en la manga izquierda en reconocimiento de la carrera del hombre que ha usado el número dos en su espalda desde que debutó con los Yanquis en 1995.
Novato del año en 1996, cuando bateó para .314, con 10 jonrones y 78 remolcadas, Jeter es dueño de cinco anillos de campeón con los Yanquis, en una carrera en la que ha participado en 16 series de postemporada y acumula un promedio de por vida de .308, con 20 cuadrangulares y 61 remolcadas en 158 partidos de playoffs.
En la Serie Mundial, sin embargo, es donde Jeter más daño ha causado, siendo Jugador Más Valioso en el Clásico de Octubre del 2000, cuando bateó para .409, con dos cuadrangulares solitarios.
En sentido general, en sus siete participaciones de Serie Mundial, con derrotas ante los Diamondbacks de Arizona, en el 2001, y los Marlins de Miami, en el 2003, Jeter batea para .321, con tres vuelacercas y nueve remolcadas en series buscando la corona.
Pero fuera de los números, vale resaltar el respeto con el que por dos décadas ha tratado al juego del bate y la pelota y por eso el 2014 ha sido un año de despedida para el hombre nacido en Michigan, pero que dejó su marca en la Gran Manzana impregnada como uno de los mejores de todos los tiempos en ponerse el uniforme rayado de los Mulos del Bronx, uniéndose a nombres como los de Babe Ruth, Lou Gehrig, Mickey Mantle y Roger Maris en el libro de las estrellas de la organización.
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