Treinta y cinco años se cumplen este domingo de los graves daños que causó en el país el huracán David, 380 días después que el hacendado Antonio Guzmán asumiera la Presidencia.
El huracán penetró a territorio dominicano entre Haina y San Cristóbal a las 3:00 de la tarde y dejó la nación en ruinas con un saldo de muertos, desaparecidos y damnificados que nunca pudo ser determinado.
De categoría 5 y con vientos de 240 kilómetros por hora, David destruyó en más de un 70 por ciento el alumbrado eléctrico y dañó seriamente el Acueducto de Santo Domingo y el sistema telefónico.
También destruyó gran parte del sistema vial derribando puentes, y borrando carreteras, canales de riego y otras estructuras.
El 4 de septiembre, cuatro días después, la tormenta Federico remató con seis días seguidos de lluvias, lo que causó inundaciones que terminaron por arrasar gran parte de las plantaciones agrícolas, y provocó la muerte de miles de reses y aves de corral.
David surgió en el Atlántico próximo a las islas de Cabo Verde, el 25 de agosto de 1979 y se disipó el 8 de septiembre luego de afectar a Puerto Rico, la isla de Santo Domingo, Cuba y varias de las Antillas Menores.
Algunos expertos estiman que el huracán David causó la muerte de dos mil 400 personas, pero otros sostienen que las víctimas fueron cuatro mil.
Se estima que más de 600 mil personas perdieron sus hogares, especialmente en San Cristóbal, Baní, Azua, el Distrito Nacional, San Pedro de Macorís, Higüey, La Romana, El Seibo y Monte Plata.
La mayor destrucción se produjo en las comunidades ubicadas entre San Cristóbal y Baní, especialmente en Sainaguá, Palenque, Sabana de Palenque, Nizao, Don Gregorio y otros en los que más del 90 por ciento de las viviendas fueron arrasadas por los vientos del huracán.
También la crecida de los ríos como el Nizao y Yubazo causaron la muerte de centenares de personas, incluyendo familias enteras.
Luego del huracán el entonces presidente Antonio Guzmán ordenó un plan de reconstrucción de viviendas de concreto, mediante el cual miles de casas de madera fueron sustituidas por otras de cemento.
Algunos expertos consideran que las pérdidas en el sector agropecuario superaron los mil millones de dólares debido a la destrucción de casi toda la infraestructura productiva en el centro y sur del país.
La recuperación requirió de varios años para volver a operar con eficiencia.
También produjo un aumento de las importaciones para sustituir las áreas productivas afectadas.
A causa del fenómeno la producción de leche y sus derivados cayeron drásticamente.
República Dominicana vio disminuir sus entradas en divisas debido a la caída de las exportaciones de productos agrícolas.
Las pérdidas en el sector industrial también fueron cuantiosas debido a que gran parte de los parques industriales de Haina y Herrera quedaron destruidos.
El servicio de electricidad fue restablecido un mes después de las destrucciones del huracán.
Otra consecuencia negativa fue la destrucción de los muelles de Haina y Santo Domingo por donde entraba y salía en el 90 por ciento de las cargas.
El sector agropecuario perdió gran parte de sus mercados especialmente el de bananos debido a que luego del huracán no tenía como suplir los embarques.
El huracán penetró a territorio dominicano entre Haina y San Cristóbal a las 3:00 de la tarde y dejó la nación en ruinas con un saldo de muertos, desaparecidos y damnificados que nunca pudo ser determinado.
De categoría 5 y con vientos de 240 kilómetros por hora, David destruyó en más de un 70 por ciento el alumbrado eléctrico y dañó seriamente el Acueducto de Santo Domingo y el sistema telefónico.
También destruyó gran parte del sistema vial derribando puentes, y borrando carreteras, canales de riego y otras estructuras.
El 4 de septiembre, cuatro días después, la tormenta Federico remató con seis días seguidos de lluvias, lo que causó inundaciones que terminaron por arrasar gran parte de las plantaciones agrícolas, y provocó la muerte de miles de reses y aves de corral.
David surgió en el Atlántico próximo a las islas de Cabo Verde, el 25 de agosto de 1979 y se disipó el 8 de septiembre luego de afectar a Puerto Rico, la isla de Santo Domingo, Cuba y varias de las Antillas Menores.
Algunos expertos estiman que el huracán David causó la muerte de dos mil 400 personas, pero otros sostienen que las víctimas fueron cuatro mil.
Se estima que más de 600 mil personas perdieron sus hogares, especialmente en San Cristóbal, Baní, Azua, el Distrito Nacional, San Pedro de Macorís, Higüey, La Romana, El Seibo y Monte Plata.
La mayor destrucción se produjo en las comunidades ubicadas entre San Cristóbal y Baní, especialmente en Sainaguá, Palenque, Sabana de Palenque, Nizao, Don Gregorio y otros en los que más del 90 por ciento de las viviendas fueron arrasadas por los vientos del huracán.
También la crecida de los ríos como el Nizao y Yubazo causaron la muerte de centenares de personas, incluyendo familias enteras.
Luego del huracán el entonces presidente Antonio Guzmán ordenó un plan de reconstrucción de viviendas de concreto, mediante el cual miles de casas de madera fueron sustituidas por otras de cemento.
Algunos expertos consideran que las pérdidas en el sector agropecuario superaron los mil millones de dólares debido a la destrucción de casi toda la infraestructura productiva en el centro y sur del país.
La recuperación requirió de varios años para volver a operar con eficiencia.
También produjo un aumento de las importaciones para sustituir las áreas productivas afectadas.
A causa del fenómeno la producción de leche y sus derivados cayeron drásticamente.
República Dominicana vio disminuir sus entradas en divisas debido a la caída de las exportaciones de productos agrícolas.
Las pérdidas en el sector industrial también fueron cuantiosas debido a que gran parte de los parques industriales de Haina y Herrera quedaron destruidos.
El servicio de electricidad fue restablecido un mes después de las destrucciones del huracán.
Otra consecuencia negativa fue la destrucción de los muelles de Haina y Santo Domingo por donde entraba y salía en el 90 por ciento de las cargas.
El sector agropecuario perdió gran parte de sus mercados especialmente el de bananos debido a que luego del huracán no tenía como suplir los embarques.