lunes, 16 de febrero de 2015

Fabricación de carbón vegetal destruye 33,728 tareas de bosque seco anualmente en la región Enriquillo.   
Un estudio realizado entre los meses de mayo y julio de 2009, auspiciado por el Programa Medioambiental Transfronterizo (PMT), confirmó la existencia de una cadena simple pero efectiva para la producción, tránsito y mercadeo ilegal de carbón desde República Dominicana hacia Haití.

En aquel momento, la cadena estaba compuesta por 200 productores de carbón de procedencia principalmente haitiana que producían mensualmente unos 37 mil sacos del producto en las provincias Independencia y Bahoruco, con la asistencia de al menos doce camioneros dominicanos.

La producción de carbón en la región Enriquillo es motivada por la fuerza económica de la demanda de Haití, específicamente por parte de miles de familias pobres de los alrededores de Puerto Príncipe, que dependen de esta fuente energética para la cocción de sus alimentos y que ante las escasas posibilidades de adquirir sistemas eléctricos o de gas dependen de la compra diaria de pequeñas porciones de carbón.

Según la investigación ordenada por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la venta de la producción se realiza a menos de cinco comerciantes haitianos, quienes lo acumulan en el lado oeste del lago Azuei para luego ser transportados y vendidos en Puerto Príncipe, por el triple de su precio.
Esta producción equivale a 445,788 sacos anuales (27,300 toneladas) la cual es vendida a RD$200 (US$5.55) el saco, generando un mercado de RD$89.2 millones de pesos anuales (US$2.5 millones).

De acuerdo con el ingeniero Humberto Checo, autor del estudio, los productores primarios reciben de este monto RD$44.6 millones (50% del total), los camioneros y “yoleros” RD$22.3 millones (25%), los intermediarios locales RD$11.6 millones (13%) y entre “propinas y dádivas” se reparten RD$10.7 millones anuales equivalente al 12% de las ventas.

Sostiene que para alcanzar esta producción es necesario intervenir 33,728 tareas anuales (5,247 hectáreas) de bosque seco, lo que ha causado un deterioro severo a la base de los recursos naturales de toda la región fronteriza, verificándose además, importantes procesos de desertificación, pérdidas de biodiversidad, pobreza y corrupción.
Una demanda insostenible

Según Checo, esta situación se irá agravando a medida que aumente la población y disminuya la cobertura forestal.

Señala que sólo en el año 1999 el déficit fue de 4.2 millones de sacos y en el 2005 de 5.8 millones, “de lo que puede preverse que si no ocurren cambios favorables en este proceso, para el año 2020 habrá una demanda tan alta que se haría insostenible”.

19 comunidades concentran la producción de carbón vegetal
La producción de carbón vegetal en la región Enriquillo está concentrada en 19 comunidades de la provincia Independencia y tres de la provincia Bahoruco.

Finalmente la producción se reúne en Tierra Nueva, Boca de Cachón y Puerto Escondido desde donde toman los caminos y vías que le llevan hacia Haití, a través del lago Azuei.

Las zonas identificadas de mayor intensidad en la producción de carbón en la provincia Independencia son La Zanja, Arroyo Blanco, Los Salaítos, Najayo, El Charco Salado, El Hoyo, El Chorrillo, Vuelta Grande, El Chupadero, Guzmán, El Limón, El Higüero, El Chaco, La Estrechura, El Macal, La Descubierta, El Bahoruco, Guayabal y Los Carraos.

Mientras que, en la provincia Bahoruco fueron identificadas las zonas aledañas a Los Ríos, Guayabal y Poster Río en las cuales la escasa producción toma caminos internos y aislados para mezclarse con las comunidades de la provincia Independencia y seguir su ruta hacia Haití.

Entre 25 y 40 mil haitianos ilegales se establecen en la Región Enriquillo anualmente.

Checo estima que anualmente inmigran a la región Enriquillo entre 25 y 40 mil haitianos ilegales, los cuales se radican principalmente en los municipios Tamayo, Jimaní, Neyba, Los Ríos, Duvergé, Cabral, Poster Río y Cristóbal, cuya mano de obra sustenta la producción de carbón en la zona.

Señala que los haitianos ilegales penetran a los bosques de la provincia donde permanecen durante los períodos de producción, trasladándose luego a otros lugares para reiniciar el proceso.

“Durante el estudio fuimos testigo de esta realidad, encontrando varios hornos en su iniciación, apagados y sacos llenos. Los haitianos huyeron al sentir nuestro acercamiento, abandonando su trabajo, sus herramientas y sus demás cosas”, según Checo.

La práctica de aprovechamiento es de tala rasa sin importar diámetros ni especies. Los diámetros aprovechados varían desde los dos a los 40 centímetros de las especies guaconejo, candelón, quina, cambrón, aroma, palo de chivo y palo de burro, entre otras.

Otro estudio realizado por Checo en el año 1986, determinó que los obreros para alcanzar un alto rendimiento hacen caso omiso a cualquier consideración ambiental y “no respetan orillas de cañadas, estado de las montañas ni madurez del árbol” con lo cual generan un impacto impresionantemente negativo, como ha sido nuevamente ratificado en esta evaluación.
Indica que muy pocos dominicanos están involucrados en la producción de carbón, con excepción de Azua, donde se puede constatar una producción legal bajo los Planes de Manejo que lleva a cabo la Federación de Productores y Productoras de Bosque-Seco del Sur (Feprobosur).

80% del carbón que consume Haití se produce en RD

Según el estudio, el 86% del carbón consumido en Haití proviene de la República Dominicana y alcanza las 22,170 toneladas por año (361,920 sacos).
El Reporte de USAID-Haití de 2007, denominado `Environmental Vulnerability in Haiti. Findings & Recommendations”, establece que las facilidades que ofrece la migración transfronteriza entre la República Dominicana y Haití, facilita la producción de carbón en el lado dominicano, y la estima en 50,000 toneladas anuales (816 mil sacos).

Dicho reporte contiene una imagen satelital que muestra el efecto de esta práctica sobre la cobertura forestal en la parte dominicana, la cual ha sido tan severa que delinea la división fronteriza domínico-haitiana.

Checo advierte que la falta de legalidad de este proceso también genera impactos sociales negativos debido a la poca transparencia, contrabando, sobornos, acosos, miedo y toda forma de corrupción.

Entre las recomendaciones que se plantean en su investigación figuran desarrollar con el apoyo de la cooperación internacional proyectos progresivos de sustitución del uso de carbón en la población haitiana y dominicana, con fines de “descompresionar” gradualmente la dependencia del carbón como fuente de energía y desarrollar plantaciones forestales con fines energéticos a ambos lados de la frontera, para hacer frente a la gran demanda de carbón que se avecina.

Producción de carbón causa serios daños a RD 

Entre los principales impactos verificados durante la intervención de este estudio se pueden indicar la eliminación total de especies arbórea y hábitat para la fauna; eliminación de fuentes semilleras y regeneración natural; deterioro a los suelos mediante la carbonización y arrastres; erosión y cárcavas frecuentes.

Asimismo, pérdida de protección de acuíferos; pérdida y transformación del paisaje; abundancia de caminos y trillos en lugares inadecuados; reducción de la capacidad productiva general de los ecosistemas. fuente-elcaribe.com
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