jueves, 9 de julio de 2015

Con más de siete mil kilómetros cuadrados de superficie, la cuenca del río Yaque del Norte es la más extensa del país. Sus aguas abastecen a importantes presas del país, generan el líquido vital para el consumo de 1.2 millones de habitantes de la región Norte o Cibao y bañan más de 500 mil tareas de predios agrícolas. 

Sin embargo, el río más grande del país, que nace en la Loma La Rusilla y desemboca en la bahía de Montecristi, se encuentra amenazado por la deforestación y la contaminación provocada por los desechos sólidos y la descarga de aguas servidas sin ningún tratamiento proveniente de los asentamientos humanos situados a lo largo de su ribera, principalmente en los municipios Santiago y Jarabacoa.

Precisamente en Jarabacoa, las mayores descargas contaminantes provienen del arroyo Yerbabuena y la cañada del Gato, en cuyas márgenes se han asentado alrededor de dos mil familias que vierten directamente los desperdicios del lavado y la cocina, junto a las descargas de sus inodoros. 

A esto se le añaden alrededor de ocho mil familias, que equivalen a la mitad de la población del municipio de Jarabacoa, que están desprovistas de sistemas cloacales y manejo de aguas residuales, cuyas aguas van a parar al Jimenoa, uno de los afluentes del caudaloso Yaque. 

A orillas del pestilente y visiblemente contaminado arroyo, el ingeniero Humberto Checo, director ejecutivo del Plan Yaque, una organización no gubernamental que realiza estudios técnicos y ejecuta programas de saneamiento del río, explicó a reporteros de elCaribe que uno de los problemas que confrontan a la hora de presentar soluciones es la cercanía de las viviendas con las cañadas.

Plantas con “ingeniería verde”

Una de las soluciones para hacer frente a la problemática consiste en instalar pequeñas plantas de tratamiento construidas bajo la modalidad de “ingeniería verde” para procesar las aguas antes de que vayan al río.

Las tres plantas que han instalado hasta este momento, gracias a los aportes de instituciones internacionales y fondos propios, procesan el agua mediante el cultivo de bacterias y un proceso de oxigenación y producción de biogás, que unido a la siembra de plantas, hacen morir las bacterias antes de llegar al río, explica Checo, quien deplora que “en muchas de las casas no hay ese espacio para construir ese tipo de cosas, entonces ahí tenemos un problema que estamos buscando como resolver”.

Dijo que la idea es que en un plazo de cinco años se puedan procesar las aguas residuales de alrededor 10 mil familias, lo cual tendría un costo de RD$120 millones.

“Ojalá pudiéramos conseguir el financiamiento y el respaldo del Gobierno y organismos internacionales. Estamos muy contentos porque ha dado resultado. Se trata de un sistema muy efectivo, de bajo costo. Cada planta instalada procesa las aguas de no más de 30 familias”.

Evaluaciones permanentes del agua

El Plan Yaque, que agrupa a más de 20 organizaciones como el Ministerio de Medio Ambiente, el Plan Sierra, Plan Cordillera, el Instituto Superior de Agricultura (ISA), entre otros, realiza evaluaciones permanentes en catorce puntos del río para analizar las condiciones de sus aguas, midiendo 16 parámetros de calidad, mediante un programa asesorado por la Asociación de la Cuenca del Río Charles, de Boston, con la colaboración de voluntarios, comunitarios y estudiantes de la Escuela Nacional de Medio Ambiente de Jarabacoa. 

“El río Charles de Boston tuvo un problema peor que éste hace más de 40 años, y por vías de proyectos pudieron sanear su río. Nosotros estamos siguiendo sus pasos y estamos apoyándonos en términos de información, ciencias, finanzas”. 

Otro de los programas de Plan Yaque, cuya fundación se produjo en 2010, tiene que ver con el manejo de microcuencas, que incluye reforestación, cambios de algunos cultivos, estabilización de sitios, trabajos comunitarios con las familias, programas de basura cero en Mao, Jaibón y Manabao, monitoreo de cambio climático, entre otros.

Urge un sistema de tratamiento de aguas

Humberto Checo insiste en la necesidad de dotar a Jarabacoa de un sistema de saneamiento de sus aguas residuales, de manera que se reduzcan las descargas contaminantes al Yaque.“En Jarabacoa y Santiago es donde hay más descargas contaminantes hacia el río, porque no se han hecho los sistemas de recolección y tratamiento de aguas residuales. Ahí reside parte del problema”. La cuenca del Yaque del Norte toca 10 subcuencas, 75 microcuencas, 54 ríos principales, cinco presas, seis provincias, 40 municipios y 26 áreas protegidas. Sus principales afluentes son el Jimenoa, Bao, Ámina, Mao, Guayubin y Maguaca. El objetivo de Plan Yaque es rescatar, proteger y promover el aprovechamiento racional y sostenible de los recursos naturales dentro de la cuenca. 

Contaminado
Con el transcurrir de los años, el vertido de aguas residuales sin tratamiento ha contaminado el río.

Fuente:Elcaribe.com.do
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