Por: Julio Benzant
Santo Domingo Este.- Dos jóvenes que fueron apresados por la policía denunciaron que fueron torturados por agentes contra homicidios destacados en el departamento policial en Los Guaricanos, en Santo Domingo Norte.
Miguel Ángel Castillo y Diego Santos, de 18 y 19 años respectivamente, dicen que los policías los golpearon con crueldad, con el objetivo que se declaran culpables en un homicidio.
De acuerdo a los denunciantes, los policías investigadores le dieron “una pela de palos”, a fin de que se incriminaran en una muerte, que argumentan desconocen.
“Él (Diego Santos) tiene una operación de platinos en la cabeza, y no fue escusa para darle con los puños y con palos por todas partes”, dijo Ángel Castillo.
Ambos jóvenes conversaron con Ciudad Oriental, cuando esperaban esposados y tirados en el pavimento en la Fiscalía de la provincia Santo Domingo, en la Charles de Gaulle.
Ambos se retorcían de dolor, antes las miradas de muchos.
De allí fueron trasladados a la cárcel de San Luis, a esperar de ser visto por un juez de atención permanente.
Santo Domingo Este.- Dos jóvenes que fueron apresados por la policía denunciaron que fueron torturados por agentes contra homicidios destacados en el departamento policial en Los Guaricanos, en Santo Domingo Norte.
Miguel Ángel Castillo y Diego Santos, de 18 y 19 años respectivamente, dicen que los policías los golpearon con crueldad, con el objetivo que se declaran culpables en un homicidio.
De acuerdo a los denunciantes, los policías investigadores le dieron “una pela de palos”, a fin de que se incriminaran en una muerte, que argumentan desconocen.
“Él (Diego Santos) tiene una operación de platinos en la cabeza, y no fue escusa para darle con los puños y con palos por todas partes”, dijo Ángel Castillo.
Ambos jóvenes conversaron con Ciudad Oriental, cuando esperaban esposados y tirados en el pavimento en la Fiscalía de la provincia Santo Domingo, en la Charles de Gaulle.
Ambos se retorcían de dolor, antes las miradas de muchos.
De allí fueron trasladados a la cárcel de San Luis, a esperar de ser visto por un juez de atención permanente.