martes, 9 de enero de 2018

Se dice que las propinas se originaron en la Inglaterra del siglo XVI cuando los huéspedes dejaban dinero para los empleados de sus anfitriones.

El fenómeno ha fascinado por mucho tiempo a los economistas.

Pagar más, a pesar de que no estamos obligados a hacerlo, parece ir en contra de nuestro propio interés.

La práctica se ha extendido por todo el mundo. Pero cualquiera que haya viajado sabe que las costumbres que rodean a las propinas (cuándo darla, cuánto, a quién y por qué) difieren de un lugar a otro.

En Estados Unidos, es costumbre darle entre un 15% y 25% a un camarero; en Brasil, 10%, en Sueciaentre5% y 10%.

En Japón es tan poco común que es casi tabú y a veces puede llevar a la confusión sobre quién ha dejado dinero y por qué.

"La investigación muestra que cuanto más extrovertidos son los rasgos de personalidad de las personas en un país, mayor es la cantidad de proveedores de servicios a los que dan propinas y mayor es la cantidad que dan", dice Michael Lynn, profesor de administración en la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, que ha estudiado el tema.
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