
El último escándalo falderil público de A-Rod, fue cuando lo atraparon en el baño de un hotel de Miami con una morena que resultó ser la ex-luchadora profesional, reina de belleza y chica Playboy, Torrie Wilson. Un verdadero filete mignon que motivó la envidia de miles de mortales.
Ahora la bola cambió de cancha, y no están jugando manos calientes, porque días después de cumplir una temporada de suspensión, sale a relucir una confesión que le hizo a la DEA (Drug Enforcement Administration) de que sí consumió esteroides.

Los Yanquis aún le deben US$61 millones a Rodríguez por tres temporadas, y con 40 años en julio próximo, la situación en que está envuelto se torna color de mono huyendo.
Si yo fuese la familia Steinbrenner le arreglo su cuenta, le doy un apretón de manos, y lo despido a coro con la canción de Vicente Fernández “Ojalá que te vaya bonito, ojalá que se acaben tus penas”.
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