Por: Redacción impreMedia
Imagínese que saborea, tranquilamente, un café de McDonald’s, y, cuando ya va por el último sorbo, ve a un ratón descansando en el fondo del vaso. No, no se trata de ficción, es realidad.
El lunes, Ron Morais saboreaba un café negro comprado en un restaurante de la cadena, en Fredericton, Canadá, cuando encontró en el fondo del recipiente lo que menos esperaba: presicamente, una ratón muerto.
“Yo siempre le quito la tapa a mi café para tomarme el último sorbo. Y cuando lo removí, había una pequeña sorpresa en mi vaso. Era una ratón muerto”, relató Morais a CBC News.
“Yo sentí como náuseas en el estómago”, describió el consumidor.
Imagínese que saborea, tranquilamente, un café de McDonald’s, y, cuando ya va por el último sorbo, ve a un ratón descansando en el fondo del vaso. No, no se trata de ficción, es realidad.
El lunes, Ron Morais saboreaba un café negro comprado en un restaurante de la cadena, en Fredericton, Canadá, cuando encontró en el fondo del recipiente lo que menos esperaba: presicamente, una ratón muerto.
“Yo siempre le quito la tapa a mi café para tomarme el último sorbo. Y cuando lo removí, había una pequeña sorpresa en mi vaso. Era una ratón muerto”, relató Morais a CBC News.
“Yo sentí como náuseas en el estómago”, describió el consumidor.