
Sólo el recordar “las rudas manos” de su verdugo sobre su cuerpo le lacera el alma y la hacen temblar de rabia e impotencia.
Apenas tenía 12 años cuando la ingenua adolescente pasó por la horrenda desdicha de ser abusada sexualmente por un tío materno, a quien ella ayudaba con la limpieza de la casa.
El cuerpo de Yuli, como la llamaban sus familiares y amigos, apenas comenzaba a desarrollarse, ya le habían salido sus pechos y su figura comenzaba a tomar forma de mujer. Pero ella sólo pensaba en estudiar, ayudar a su madre y jugar con sus amiguitas.
Todas esas ilusiones se esfumaron el día que el “maldito pariente” la forzó y satisfizo con ella sus despiadados deseos sexuales.
“Ese asqueroso no se conformó con violarme una vez, me usaba cada vez que podía”, relata la joven, quien todos los días lloraba para no volver a la casa de su tío, pero no lo podía delatar porque estaba amenazada de muerte.
Estadísticas
El infierno de Yulissa es muy similar al experimentado por unas 24,714 mujeres que en los últimos cuatro años denunciaron haber sido violadas sexualmente por familiares, parejas, amigos, relacionados y desconocidos.
Este delito representa la tercera causa de violencia contra la mujer, que junto a las quejas por agresiones físicas, verbales/psicológicas y patrimoniales han generado 350,706 querellas entre los años 2011 y 2015, según la Procuraduría General de la República. fuente-eldia.com.do