
Esto solo es posible cuando a los negocios, en este caso el negocio del entretenimiento, se suman personas cuyo interés básico no radica en hacer inversiones rentables en busca de ganancias, sino detrás de ostentar fortunas cuyos orígenes poca gente conoce en este país.
Situaciones como esta son las que provocan que cada día resulte menos rentable el negocio del entretenimiento para aquellos que incursionan en ese medio de manera honesta, no quedandoles otra alternativa más que abandonar el mismo y dedicarse a prácticas que estén menos relajadas y menos contaminadas.
Esperemos que Don Miguelo, que pasó a ser manejado por una persona conocedora del negocio y con mucha experiencia como lo es Enrique Crespo, no se crea la película de que el vale la suma de 500 mil peso que le pagaron en el restaurant Santru.
HAY QUE PONER LOS PIES SOBRE LA TIERRA!!!!!!
fuente-laberny.net